Saltar al contenido
TOPceos

Alejandro Finocchiaro

Alejandro Finnochiaro

Alejandro FinocchiaroNacido el 27 de agosto de 1967 en San Fernando, Alejandro Finocchiaro es un abogado, Especialista en Gestión educativa y Magíster en Educación de la Universidad de San Andrés y doctor en historia de la Universidad del Salvador. Es el actual ministro de educación de la nación desde el 17 de julio de 2017 bajo el mandato de Mauricio Macri.

Alejandro Finocchiaro de 50 años, quien tiene dos hijos con su esposa Cecilia es, además, profesor en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Nacional de la Matanza, donde fue decano de derecho y ciencia política entre el 2004 y 2011.

Trayectoria Profesional de Alejandro Finocchiaro

Como complemento a su experiencia profesional en el ámbito de la educación, Alejandro Finocchiaro cumplió funciones de subsecretario de políticas educativas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires entre 2011 y 2015. Posteriormente, fue nombrado Director General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires entre el 2015 y 2017.

Lee también el perfil del intendente argentino Gustavo Menendez

Asimismo, Finocchiaro es autor de los libros UBA c/ Estado Nacional: Estudio sobre Autonomía Universitaria, El Mito Reformista y de artículos sobre política internacional, educación, historia, y filosofía política.

Por otra parte, produjo junto con el Museo Shoá y la UNIaM el documental, “Mujeres de la Shoá”, basado en los testimonios de mujeres sobrevivientes del Holocausto Nazi, cuyos terribles relatos dimensionan el significativo rol de la mujer en aquellos tiempos.
Recibio una poco creible denuncia de abuso sexual de hace 13 años, en el cual la denunciante dijo alejandro finocchiaro me violó.

El Mito Reformista

Este libro escrito por Alejandro Finocchiario es un relato histórico sobre la Reforma Universitaria de mil novecientos dieciocho y sus consecuencias.

Desde la narración de estos hechos –a los que se considera trascendentes no solo por su impacto en las salas universitarias sino más bien asimismo por sus implicancias sociales y su proyección americanista– se procura probar que la autonomía universitaria tal como el día de hoy es concebida por los diferentes campos reformistas no brotó como una consecuencia de este movimiento y ni tan siquiera formó parte en esos términos de la agenda de discute de sus protagonistas.

alejandro finocchiaro

El periodo histórico en el que se centra este análisis entiende los años mil novecientos diecisiete a mil novecientos veintidos, o sea desde las embrionarias manifestaciones del enfrentamiento en la Universidad Nacional de Córdoba hasta la integración de los postulados reformistas en los estatutos de la Universidad Nacional del Litoral, última casa de estudios en acogerlos a lo largo del primer impulso de la reforma.

El propósito que se traza por último es esclarecer si de verdad aquellos estudiantes cordobeses propusieron la cuestión autonómica y, de ser de esta forma, cuáles fueron sus alcances, o bien si, realmente, un siguiente desarrollo intelectual y político atribuyó a aquellos acontencimientos connotaciones y metas que los reformistas nunca imaginaron.

UBA c/Estado Nacional

La educación superior es indudablemente el enorme motor de cambio social para todas y cada una de las comunidades.

La autonomía es el Instituto Jurídico que deja a las casas de altos estudios dictar clases, seleccionar sus reglas, tener libertad de cátedra, seleccionar autoridades, autoadministrarse; todo eso, sin injerencia de los poderes políticos mas sujeto a un marco jurídico superior que en un caso así es la Ley de Educación Superior.

Meditar sobre el tema de las universidades generalmente y de este país particularmente, significa prefigurar la sociedad que deseamos y meditar de qué forma ponemos al servicio de los hombres las innovaciones científico-tecnológicas como las transformaciones económicas y estructurales en pro del bien común.

Alejandro Finocchiaro plantea mediante su obra “UBA c/Estado Nacional, una investigación sobre autonomía universitaria” de editorial Prometeo tres mil diez, aceptar entre las partes una situación de colaboración donde el Estado provea los recursos y las universidades administren responsablemente, con pasión por enseñar, tratando de que la educación pública le llegue a todos.