
Matías Asún es el director de campañas de Greenpeace Chile, Colombia y Argentina y busca transformar el activismo ambiental. Su enfoque fusiona la defensa de la biodiversidad con una sólida perspectiva social, enmarcándola en la lucha por los derechos humanos.
Greenpeace es una organización basada en la defensa y protección del medio ambiente, integrando la justicia social y los derechos humanos en sus acciones. Y parte de esta visión la aporta Matías Asún, el director de campañas para la región comprendida entre Chile, Argentina y Colombia.
Matías Asún de Greenpeace y su mirada sobre el rol del ambientalismo en el liderazgo activista
Al servicio de cada campaña, impulsa un activismo tan creativo como estratégico, lejos de la violencia. Asun cree en respaldar cada acción con investigaciones y datos producidos por especialistas, para contrarrestar aquello que puede perjudicar al planeta. Por supuesto, parte de la acción es mantener informado al público general sobre estos temas.
De esta forma, promueve la colaboración regional e internacional en la lucha contra problemas ambientales, busca comprometerse con prácticas sostenibles y no pierde de vista el objetivo de construir un futuro más equitativo y sostenible.
Su liderazgo resulta fundamental para enfrentar los desafíos ambientales actuales, en donde la interconexión entre la crisis ecológica y las desigualdades sociales se vuelve cada vez más evidente.
¿Por qué un director de campañas en la región?
En un momento decisivo para el planeta, el área a cargo de Matías Asún es clave. Ya se ha dicho en IEFA Latam Forum este año: las vastas extensiones, ricas en vida y recursos naturales hacen que los ecosistemas estén en la mira. Por supuesto, tanto de negocios extraccionistas y poderes sin escrúpulos como de todos los que entienden el valor de su defensa para el futuro de la humanidad.
Por eso, el ejecutivo tiene como propósito inspirar a las nuevas generaciones, motivándolas no solo a denunciar sino a involucrarse activamente en acciones concretas que contribuyan a la conservación del medio ambiente y a la promoción de un futuro más justo y sostenible. Y ¿por qué no? que puedan enmarcar estas luchas indisolublemente unidas a los derechos humanos.
En este punto, la región – con toda su diversidad ecológica y cultural- requiere más que nunca un activismo ambiental comprometido, en donde la defensa de los ecosistemas pueda formar una trama inseparable con la lucha por los derechos de las comunidades locales.
Activista de larga trayectoria
Asún, con el rol formal de director de Campañas y Programas para Greenpeace en la región, es psicólogo con magister en sociología. Su vida está signada por la justicia social y ambiental. Desde su niñez, influenciado por sus padres, dos psicólogos con una visión profundamente humanista, se formó como activista. De la mano de sus padres tuvo permanente contacto con la realidad social y política de su país, en el marco de la recuperación democrática y los programas sociales en los que ambos participaban.
«Desde chiquitito me formaron como activista… los temas de injusticia, de pobreza, me preocuparon muchísimo», recuerda Asún, reflejando una postura crítica ante ciertas realidades sociales de su país. Este temprano contacto con la acción política lo llevó a un camino académico y profesional en donde la psicología comunitaria y el trabajo social se convirtieron en una verdadera pasión. Ésta le sirvió para enfrentar la lógica de destrucción y abusos ambientales, aunque el contexto universitario se encontraba en pleno auge de la psicología para potenciar áreas como marketing y recursos humanos.
Formación autodidacta y trabajo comunitario
Aunque su formación inicial en psicología lo llevó a la Universidad Diego Portales, en una escuela fundada entre otros por su padre, Matías pronto se dio cuenta de que no se conformaría con los modelos tradicionales de la psicología clínica. En lugar de seguir la ruta profesionalmente establecida, se inclinó hacia el trabajo comunitario y la investigación social, buscando transformar la realidad de los sectores más empobrecidos.
En sus propias palabras, “Yo mismo convoqué a profesores para armar una orientación que en ese momento no existía y así sumar a la currícula materias de psicología con enfoque social”. Algo que no le resultó fácil, pero que finalmente dio sus frutos cuando decidió perseguir una formación especializada que en ese entonces no estaba alineada con las tendencias del momento en la universidad.
Por aquellos años, su dedicación a la causa social fue más allá: creó una red de trabajo comunitario en línea, la cual llegó a tener 67,000 miembros y revolucionó el mercado laboral para los trabajadores en Chile. «Era LinkedIn antes que LinkedIn», asegura con una sonrisa. Su obsesión era ayudar, conectar a las personas, empujar las buenas causas, que llevaran a mejorar la vida de las personas.
Greenpeace y la capacidad de un líder para visibilidad para las causas
El enfoque de Matías Asún llamó la atención de colegas y especialistas que lo convocaron a trabajar en Greenpeace. A pesar de no contar con formación académica en ecología o ciencias ambientales, su enfoque humanista y su capacidad de generar redes fueron lo que le permitieron liderar campañas para la conservación del medio ambiente.
A través de Greenpeace, pudo conectar con organizaciones, científicos y activistas de todo el mundo, impulsando causas clave para la preservación de los ecosistemas de América Latina.
“Creo que Greenpeace es una herramienta para que la gente se encuentre y llegue a cumplir cosas concretas que mejoren el medio ambiente y sus problemáticas, hoy tan complejas y llenas de intereses distintos. Mi trabajo es permitir que las voces relevantes sean amplificadas”, explica Asún sobre su rol en la organización.
Hoy, como director de campañas, coordina iniciativas en Argentina, Chile y Colombia para resguardar la biodiversidad del continente más biodiverso del planeta. «Sin desierto, la costa no es la misma. Sin glaciares, los ríos no existen», afirma con convicción, subrayando la interdependencia entre los distintos ecosistemas de la región.
Liderazgo basado en el trabajo colectivo
El liderazgo de Matías Asún es un claro ejemplo de cómo el poder de la colaboración y el compromiso colectivo puede generar cambios sustanciales.
En Greenpeace, Asún se considera un facilitador: «No es importante saber, es importante facilitarle las herramientas y redes al que sabe para que pueda desplegar sus conocimientos. A su vez, visibilizar y amplificar».
Su capacidad para escuchar y rodearse de expertos es uno de los pilares de su éxito. Además, rechaza la idea de brillar como individuo, priorizando siempre el trabajo en equipo y la creación de espacios donde todos los involucrados puedan aportar su conocimiento y experiencia.
Esta visión de liderazgo transformadora y con foco en lo social se apoya en su capacidad para articular grandes campañas y movilizaciones. «Mi trabajo es habilitar a los que más saben y más pueden hacer», asegura. Esta manera de hacer y ver lleva a Greenpeace a utilizar la tecnología como una herramienta de movilización social, potenciando la conexión entre individuos y comunidades para luchar contra las injusticias sociales y ambientales, dándole una voz potente y clara a causas justas.
Compromiso con la justicia climática
A pesar de las tensiones actuales en el escenario político global, el director se muestra optimista sobre el poder de la gente para cambiar el curso de la historia. “Organizaciones como Greenpeace tienen la posibilidad de ser semillas de esperanza en un mundo de oscuridad”, afirma. Con esta perspectiva esperanzadora, idea – junto a su equipo- campañas que exigen la protección de la biodiversidad, y a la vez impulsan una profunda reflexión sobre los modelos de producción y consumo que están agotando los recursos naturales.
“El problema no es que corten un árbol, lo que nos preocupa es que hoy en día eso ocurra y no haya consecuencias ni se alce la voz al respecto”, señala, cuestionando las estructuras que permiten la destrucción de ecosistemas sin consecuencias.
Un futuro donde la democracia y la naturaleza se respeten
Para Matías Asún, la solución a la crisis climática y social pasa por una revalorización de la convivencia democrática y el respeto por la naturaleza. Con una visión crítica sobre las políticas económicas y las empresas que priorizan el lucro sobre la sostenibilidad, afirma: “Si yo le cobrase a las empresas que producen energía sobre la base de carbón todos los costos sanitarios que generan, mañana tendríamos paneles solares en todo el país.”
A través de Greenpeace, Asún continúa luchando por un futuro en el que las decisiones políticas y empresariales estén alineadas con los principios de equidad, justicia social y respeto al medio ambiente, buscando transformar el sistema para que sea posible una coexistencia armoniosa entre la humanidad y la naturaleza.
En tiempos de retrocesos democráticos, criminalización de las organizaciones sociales y colapso ambiental, Asún no se presenta como experto, sino como catalizador. Cree en la opinión pública informada, en la organización digital, y sobre todo, en la convicción antes que en el cargo.
Para él, Greenpeace no es una marca ni un refugio moral: es una herramienta de presión. Un megáfono en manos de las personas que no quieren resignarse. De esta forma, sigue apostando por una idea antigua y revolucionaria: que el mundo puede ser distinto si nos encontramos. Y para eso, hay que actuar, incomodar y transformar.