Cómo Mary Barra pasó de inspeccionar paneles de guardabarros a ser CEO de General Motors, una industria dominada por hombres
Una exitosa trayectoria y formación habilitaron a Mary Barra a ganarse el lugar de CEO de la automotriz más importante, en medio de una industria que sigue dominada por los hombres.
La CEO de GM: Mary Barra ingresó a la empresa a los 18 años y llegó a ser Directora Ejecutiva
Barra es miembro de GM en todos los sentidos. Su padre fue fabricante de troqueles en una planta de Pontiac durante casi 40 años. Su primer auto fue un Chevy. Y su primer trabajo en General Motors lo obtuvo a la temprana edad de 18 años, cuando participó en un programa de la empresa que la ayudó a pagar su matrícula universitaria, en donde soñaba lo que luego concretó: hacer un doctorado en negocios en Stanford.
Pasó la mitad del año trabajando para la empresa, inicialmente inspeccionando guardabarros y paneles de capó en una planta de Pontiac.
Barra es parte de la compañía desde que estudiaba en la Universidad de Kettering, entonces llamada Instituto General Motors, en 1985 con un título en ingeniería eléctrica.
Allí comenzó como ingeniera senior en una planta de Pontiac Fiero y rápidamente fue reconocida como alguien con potencial gerencial y fue la misma corporación la que decidió apoyarla y la envió a la Escuela de Negocios de Stanford.
Inmediatamente después de obtener su maestría, consiguió su primer trabajo como gerente de GM, dirigiendo la planificación de la fabricación.
Luego vino una serie de trabajos cada vez más visibles, incluido el de asistente ejecutiva del director general de GM a mediados de los 90, la reparación de un departamento de comunicaciones internas con problemas, la renovación de una planta de Detroit importante y con dificultades que ayudó a sortear, y el aporte de datos y eficiencia al desordenado departamento de recursos humanos de la empresa. Esto último le valió un lugar en el comité ejecutivo de GM.
A lo largo de ese tiempo, Barra logró evitar la política tóxica que había llegado a definir la cultura interna de GM.
En cambio, su carrera en GM siempre estuvo marcada por un impulso hacia la eficiencia, la agilidad y una mejor calidad, cosas de las que la empresa carecía dolorosamente, ya que se quedó atrás de otros fabricantes de automóviles.
En 2011 llegó su mayor prueba: fue nombrada vicepresidenta sénior de desarrollo de productos globales, determinando la apariencia, la sensación y la ingeniería de los productos más importantes de GM, a pesar de tener muy poca experiencia en el diseño o desarrollo de vehículos.
No obstante, su experiencia en fabricación y calidad se hizo evidente, lo que resultó en un aumento notable en la calidad y la percepción de los vehículos de GM.
Barra es una elección histórica para liderar la empresa y resulta un ícono de alguien altamente calificada, lista para romper el molde donde haga falta.
Y aunque GM se haya transformado gracias a su dirección y decisiones, todavía tiene mucho terreno que recuperar, un gran trabajo por delante le espera a esta CEO ¡Aunque al parecer no le teme a ningún desafío!