Carlos Santiago Fayt, nacido el 1 de febrero de 1918 en Buenos Aires, Argentina, y fallecido el 11 de diciembre de 2015, fue un abogado, político y juez que formó parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina como ministro desde 1983 hasta 2015, unos largos 32 años de forma consecutiva, siendo la única vez en la historia del ámbito judicial.
Fayt ha sido un todoterreno en el ámbito judicial. Estuvo involucrado en la política, declarado un apasionado del movimiento “socialista”, estudió derecho en la universidad y fue un académico intachable. En varios pasajes han recordado al político como un hombre de perfil bajo, trabajador y sin rasguños en su historial.
Nicolás Repetto y Alfredo Palacios fueron sus líderes en el movimiento socialista, luego de un frustrado paso por el radicalismo. De la política saltó directamente a la Corte Suprema por pedido de Raúl Alfonsín, ex presidente que deseaba tenerlo en el máximo tribunal del ámbito judicial. Y desde allí, más de 32 años como ministro.
Su aventura en la política
A sus 21 años, a comienzos de la década del 30, cuando terminó la carrera de abogacía, se aventuró en la política. El primer paso fue el radicalismo, partido en el cuál no tuvo éxito. No es casual que durante sus tesis en su formación académica hablara del peronismo y de los sobornos en Argentina. Fayt argumentó que el “peronismo era una materia de estudio interesante” y que era de ideología socialista.
Con más de 30 libros escritos en su espalda, tres de ellos resultaron hablar del peronismo. Las vueltas de la vida lo incitaron a postularse como gobernador de Salta, hecho que culminó sin éxito pero que lo motivó a construir la “Educación Cívica”, una campaña apuntada a generar debate y diálogo en las plazas sobre la situación del estado argentino.
En el medio, Fayt era profesor y enseñanza en la Universidad de Buenos Aires y La Plata. Carlos fue el titular en la materia de Derecho Político durante unos años, además de enseñar Ciencia Política. Durante la dictadura militar, el político aprovechó para lanzar otros libros apuntados a relatar el contexto del país. También fue profesor titular en la Universidad de Belgrano y director del Instituto Argentino de Ciencia Política.
Raúl Alfonsín, ex presidente de Argentina entre 1983 y 1989, intentó modificar la Corte Suprema y el nombre de Fayt fue señalado para integrar parte de ese cambio. En el medio, el abogado anuló una cláusula en la magistratura que prohibía el trabajo de personas con una edad superior a los 75 años. 31 años, 11 meses y 21 días, el saldo completo de Fayt en la Corte Suprema, un récord inigualable.
Siempre bajo sus ideales, una de las cosas más identitarias de Fayt es que nunca se dejó manipular por el poder y siempre se mostró comprometido para cooperar en pos de mejorar el estado argentino. Uno de sus votos a favor más recordados está vinculado hacia el divorcio, una causa importante en el país. En 2003, en medio de su cargo como ministro en el máximo tribunal, fue presidente de la Corte Suprema por solo unos meses.
Distinciones
La Fundación Kónex entregó su mejor galardón a Carlos Santiago Fayt. La fundación lo reconoció por su excelente labor de juez a lo largo de sus años. Un año más tarde, la Fundación Internacional de Jóvenes Líderes lo catalogó como “referente de la humanidad”. La Academia Nacional de Periodismo en el país también participó en una entrega de premios y lo condecoró con el premio “Pluma de Honor”, por su trayectoria en la política, en el ámbito judicial y su forma de pensar.
Momento de decir adiós
El 15 de septiembre de 2015, Carlos Santiago Fayth se despidió oficialmente de la Corte Suprema. Luego de 32 años de forma ininterrumpida, el político dejó el máximo tribunal judicial y le puso fin a una larga carrera dentro del espacio judicial en Argentina. Un juez intachable e intocable que reafirma esa postura cuando en su legajo no existe ninguna ninguna causa judicial en su contra. Quizá, un momento incómodo en su carrera fue cuando Cristina Kirchner, ex presidenta, quiso sacarlo del plano y ocupar una vacante con alguno de sus aliados.
“Sean como la tierra que es paciente, sean como el agua que es clara y cristalina, sean como el fuego que es fuerte, sean como el viento que es justo” una de sus frases dedicadas para los jóvenes. Luego, Fayt añadió: “La tierra es paciente, porque por más que tenga la mayor premura, en ningún momento se aventura a hacer que los ciclos de las estaciones se adelanten”.
Las palabras, volcadas en alguno de sus 35 libros escritos, se suman a un legado intachable en el ámbito político y judicial.